viernes, 20 de enero de 2012

Buenos, fuegos, Aires.

Esperando en Buenos Aires.
A punto de ser transformada en una ciudad tropical se espera que algún suceso cambie las secuencias del círculo mortal de la ciudad.Se esperan lluvias ácidas,sequías transparentes,pobrezas elocuentes.
Informados acerca de masacres esperamos ansiosos a los viajantes.Quién será capaz de evadir la realidad.
Es una línea constante ,no menos fugaz .
Vuelvan que acá el sol se hincha ,que un segundo revienta en mil pedazos. Que un día es efímero ,eterno enfermo, efímero y claro,eterno.
Somos los que quedamos culpables de las consecuencias.Miramos el asfalto sucio cuando caminamos desnudos.Dormimos por la noche cuando el día es una mentira. Contemplamos al pobre con una mirada altiva.Al desplazado lo empalamos en el medio de la plaza.Al borracho embriagamos y razonamos la luna.
Redonda, el calor de azufre nos devuelve a la muchedumbre.Al día,la mentira,la vida, las miramos con recelo.Acaso qué se puede hacer con ese pensamiento fantasmal.Si el dolor y la indiferencia.El egoísmo y la grandilocuencia se pagan con dulzura.El cheque habría que pagarlo con locura.Al rebelde alzarlo en la tempestad.Arrebatarle la mesura al indiferente.Mostrarle la verdad al niño incoherente.Golpear las nubes con los puños y volver a creer ,despacio.
Vuelvan, que el fuego se apaga.

El día

Comienzo pleno,el sol que despunta.
Y voy abriendo,como pintura en la pared.
Poco escéptico,sin detalles.
Alegre,sin sentido.
El amanecer,sin sonido.
Y el crepúsculo.La cortina de hierro.
Sobre mi languidez,en mis recuerdos.
Con la memoria de mis no-lágrimas.
Con el orgullo en el bolsillo
Buenas esperanzas,cielo opaco.
La marea de la noche,el humo del tabaco.

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